Todo lo que debes saber sobre impuestos de los coches eléctricos
Comprar un vehículo eléctrico tiene toda una serie de ventajas fiscales, para tramitarlas puedes contar con la ayuda de una gestoria online podrá ayudarte e indicarte que deducciones hacer o que impuestos debes pagar.
En España el impuesto sobre el valor añadido, conocido por todos como el IVA, no es un impuesto que esté reducido en España al ir a comprar un vehículo eléctrico. Es por ello que se debe pagar el 21% de IVA correspondiente. Muchos usuarios y asociaciones de coches eléctricos se quejan amargamente de este tipo de impuesto no reducido, asociaciones como ANFAC o AELEC se muestran rotundamente en contra de esto.
La evolución tecnológica observada en los últimos años en lo que se refiere a la autonomía y precio de las baterías, la mejor eficiencia de los tiempos de carga, mayor potencia, llevan a plantearse la compra de vehículos 100% eléctricos o híbridos enchufables, como alternativa a un vehículo nuevo a la combustión.
Los tipos impositivos de la tasa del denominado Impuesto de Matriculación, la tasa de la agencia tributaria llamada Impuesto Especial Sobre Determinados Medios de Transporte (IEDMT), varían según el nivel de emisiones de CO₂ del automóvil. Se trata de una de las ventajas que podrás consultar en una gestoría online ya que es uno de los impuestos que los coches eléctricos no pagan.
Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM), este impuesto puede llegar a tener hasta un 75% de bonificación en el caso de los automóviles eléctricos. Esto varía en función de las ordenanzas de cada municipio en concreto.
Los autónomos y empresas de España pueden beneficiarse de una retribución en especie en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) de sus empleados. De acuerdo con su reglamento, siempre que el valor total de mercado no supere los 40.000 € pueden reducir dicha tasa en un 30%.
Beneficios de un coche eléctrico
La gran ventaja medioambiental es una de sus principales características, con cero emisiones de CO2, lo que permite una movilidad en los centros de las ciudades cada vez más restringida, en toda Europa, a los vehículos de combustión.
El coste de uso del vehículo eléctrico también es mucho menor, tanto en términos de coste por kilómetro -alrededor de un tercio o menos si se compara con un vehículo de combustión- como en términos de costes de mantenimiento, ya que no necesitan aceite normal.
Los vehículos eléctricos suponen una gran ventaja en la conducción urbana, sin necesidad de embrague y con una transmisión que utiliza frenadas frecuentes para regenerar la energía de frenado y cargar las baterías.
Los vehículos eléctricos mantienen, por el momento, un conjunto de beneficios fiscales para particulares y empresas, así como el apoyo a la adquisición y tributación no autonómica de los gastos del coche eléctrico.
Algunos municipios permiten el estacionamiento gratuito o a precio reducido.
Desventajas
Siempre se señala la autonomía como principal desventaja, pero se ha visto incrementada por el desarrollo tecnológico que presentan las marcas. Sin embargo, las baterías aún no permiten una autonomía equivalente a la de los coches propulsados por combustibles fósiles.
La carga de baterías también es un inconveniente por la menor oferta de estaciones de carga de autos eléctricos, sobre todo si vives en el interior del país. El tiempo de carga también es mucho más largo que el tiempo necesario para llenar un tanque de combustible.
La vida útil de una batería para vehículos eléctricos no es muy larga y existe la necesidad de reemplazarla. Ciertas marcas permiten el alquiler, con un costo regular a pagar a la marca.
El precio también es un factor diferenciador. La inversión inicial para la adquisición de un vehículo eléctrico sigue siendo superior, aunque el desarrollo tecnológico y la producción a escala permiten una reducción cada vez más rápida de la brecha de precios.