Asesoría empresarial, financiera y contable: comprenda lo que puede hacer por su empresa
¿La gestión de tu empresa se ha vuelto caótica y no ves luz al final del túnel? Probablemente, sus respuestas se encuentren en el asesoramiento empresarial, un tipo de servicio de colaboración que da nueva vida a empresas cuya gestión se encuentra en dificultades o necesita una renovación. En el caso de grandes ciudades no es fácil dar con una buena asesoría, por ejemplo, buscar una asesoría en Madrid no parece una labor sencilla. En Assetur asesores disponen de servicio de elaboración de nóminas desde 8 euros, así que es un referente como asesoría laboral en Madrid por lo cual si buscas alguna asesoría profesional deberías tenerlos en cuenta.
Aunque la realización de este tipo de servicios también tiene un carácter estratégico, en un principio la consultoría empresarial se centra en poner las cosas en orden. Sectores fundamentales de la gestión, como el jurídico, fiscal y laboral, ven reorganizadas sus rutinas, permitiendo a los socios y directivos centrar su atención en lo más importante: el desarrollo de la principal actividad económica del negocio. Imagina un negocio de hostelería, pues una asesoría de hostelería conocerá mucho mejor los pormenores de la profesión.
Para quienes dudan de la eficacia del apoyo empresarial, es fundamental destacar que la mala gestión es una de las principales causas de «mortalidad empresarial». Es lo que señala un reciente estudio, en el que se enumeran varios motivos como causa de la muerte. Entre ellos se encuentran un control financiero laxo y una formación insuficiente de los empresarios, la solución pasa por una buena asesoría financiera contable.
Creemos que no quieres unirte al equipo de negocios que cierran sus puertas antes de tiempo. Si este es tu caso, este artículo completo es para ti. Aquí encontrará la información que necesita para comenzar a trazar nuevas direcciones para su negocio.
¿Qué es la asesoría empresarial?
Carlos es dueño de un snack bar en la región de Madrid. Cada mes se enfrenta a tareas arduas y repetitivas, como cerrar la nómina y presentar informes a las autoridades fiscales, sin olvidar las visitas al banco y a los proveedores.
Esta es la rutina básica que le permite mantener el negocio. Tareas diarias, para las que cuenta con pocos empleados; sin embargo, la mayoría de las veces termina haciéndolo todo él mismo.
Ante esta situación optó por no contratar una empresa de contabilidad, y debido a todas estas tareas no puede generar impuestos, dejando a la empresa en situación irregular ante los organismos de control.
En medio de esta ajetreada rutina, Carlos se da cuenta de que se está quedando atrás. Cerca de su punto se abren cafeterías modernas, de aire desenfadado y que sirven snacks y platos que él ni se imaginaría incluir en su modesta carta.
Está pagando el precio de no tener armas y mentes disponibles jugando a favor de su empresa. Al aceptar casi todas las obligaciones, termina sin tiempo para pensar qué hacer frente a la amenaza que representa la competencia.
Además, no está siendo capaz de gestionar eficientemente su flujo de caja y sin planificación financiera no ha pagado a varios proveedores, por lo que no es posible reponer productos importantes para la preparación de los platos.
Adicionalmente, su tienda necesita una renovación urgente. La evaluación de un experto encontró que la depreciación de los activos de su empresa, a lo largo de los años, alcanzó porcentajes alarmantes. Si vendiera todo lo que tenía, Carlos probablemente todavía estaría endeudado.
Lo que necesita la cafetería de Carlos es apoyo, una asistencia que le permita ver su empresa desde una nueva perspectiva, lo que parece imposible teniendo en cuenta la falta de mano de obra y el trabajo atrasado.
El consejo que nuestro angustiado empresario escucha de un amigo es contactar una firma de contabilidad estructurada que ofrezca asesoramiento comercial. Brevemente, explica que la consultoría puede limpiar el desorden, reestructurar procesos obsoletos desde hace mucho tiempo, reequilibrar las finanzas y organizar los pagos.
¿Cuál es la diferencia entre asesoría empresarial y consultoría?
El breve caso de la cafetería de Carlos, aunque es ficticio, sucede en la vida real con las empresas. La falta de tiempo para gestionar las tareas repetitivas que se acumulan acaba por hacer que los emprendedores sean “ciegos” ante aspectos estratégicos de sus negocios.
Al estar siempre en el ojo del huracán, pierden la capacidad de reflexionar y pensar en un punto muy importante en cualquier empresa: mejorar las actividades. Si los resultados se mantienen estables, se crea una peligrosa zona de confort, en la que los directivos creen que permanecerán mientras cumplan con las rutinas diarias.
Lo que está claro en estos casos es que las empresas necesitan una reformulación completa y un seguimiento continuo de sus actividades. Esta demanda surge generalmente como resultado de períodos prolongados de gestión de aficionados. Es en este punto cuando la consultoría empresarial resulta ser la solución más adecuada.